AFP


La intervención del Vaticano a la congregación laica peruana Sodalicio de Vida Cristiana y las denuncias de abuso sexual por religiosos en Chile, preceden la llegada del papa Francisco a estos países, donde encontrará a una Iglesia mancillada por su permisividad con los sacerdotes pederastas.

La designación de un comisario apostólico en el Sodalicio busca acallar las recriminaciones que las víctimas hacen al Vaticano, al que cuestionan que siga protegiendo al fundador de esa congregación, el laico Luis Fernando Figari.

Pero “la medida puede reflejar un doble discurso del Vaticano”, debido a que no expulsa a Figari, dice a la AFP el periodista de investigación peruano Pedro Salinas, coautor del libro “Mitad monjes, mitad soldados”, que destapó el escándalo del Sodalicio en 2015. En Chile, el ambiente tampoco será un lecho de rosas para el pontífice argentino.

Una ONG destacó esta semana que 80 religiosos están envueltos en casos de abusos sexuales.